Los cursos online continúan ganando demanda, así como reconocimiento, aquí te platicamos los 10 beneficios que los están posicionando como la mejor opción para continuar creciendo:
Donde desees puedes tomar el curso, ya sea en tu casa y un café, sólo necesitas computadora y conexión a internet. Puedes hacer pausas y cursar a tu ritmo pre-establecido.
Puedes acceder al material de estudio desde tu computadora o desde tu móvil. En términos de accesibilidad, es una buena opción para personas con alguna discapacidad física (visual, auditiva, motriz).
La oferta académica online te permite elegir entre cursos y certificados de las más variadas temáticas y de aplicación inmediata, muchos de los cuales aún no se encuentran disponibles en universidades o escuelas de negocios tradicionales.
Las clases online no están estructuradas en una carga horaria rígida, por lo que puedes visualizar el contenido en cualquier momento, las 24 horas del día, los 7 días de la semana.
Más allá de estar en la comodidad del hogar, tomar cursos online, implica no trasladarte al lugar para tomar la clase, así no lidiamos con el tráfico o dejar a los hijos al cuidado de otros o pedir permisos especiales en el trabajo.
Te permite evitar gastos derivados de cursar en un recinto académico tradicional, tales como transporte, guardería o niñera.
Estudiar online significa no sólo contar con bibliografía permanentemente actualizada, sino también reducir gastos relacionados a materiales de estudio impresos -y cuya vigencia del contenido es cada vez menor.
En un aula virtual podrás encontrar foros de discusión, librerías y textos online, videos, calendarios y otros recursos que ayudan a mejorar tu experiencia de aprendizaje haciéndola más efectiva, ya que se adapta a la forma en que consumes información diariamente.
Los cursos online están a cargo de expertos con experiencia profesional y/o académica en su campo, y las técnicas de enseñanza multimedia disponibles permiten adaptar la experiencia a alumnos con diferentes niveles y estilos de aprendizaje. Además, el contenido suele estar mejor estructurado que el de los cursos tradicionales.
Las clases virtuales suelen ser menos intimidantes que las clases presenciales, lo cual ayuda a incrementar la participación (a través de foros, wikis, etc.) de aquellos estudiantes que son más tímidos o reservados.
Así que se ofrece un espacio para compartir ideas enriquecedoras, los alumnos disponen más tiempo para procesar la información, reflexionar y decidir cómo participar. También los profesores se vuelven más accesibles con la posibilidad de interactuar con ellos por diferentes canales de comunicación.
Artículo completo con información de Pulsosocial